para Nicolás Rosa
A menos de un humor
cardenal
dos esteban cavan
y al cavar ocultan
sus panes colectivos
al son de una lisonja:
“esas llagas
de júbilo
que enardecen los fanales
dan tan sólo
la medida de una
sombra,
el fanal de cuyas llagas
enardece un nuevo
júbilo
que destalla detallándola
en la luz
indispensable
de más sombra”
Y la luz es colectiva
si un esteban la devuelve,
no mellándola en el pan
sino en la sombra
del otro esteban que se muere
del fino esmeril
de la concordia.