Chicharras
Canta y crepita la chicharra,
corroe el verde del estío,
en altos plátanos desgarra
lo que es tesón de Cloto, temor mío.
Crece en el calor, compite
consigo misma en el follaje,
cruel acribilla el escondite
de quien huye del mar y su mensaje.
¿Qué ocurre si criba la umbría
el cielo en silencio, tu avío
de lacia puridad? –Sería
ilapso y paradoja del vacío,
ceñido sueño, ansia de llama
o cruenta holanda, ubicua
entre la tierra que la trama
y el aire que la ignora y que la licua.
Un sol cautivo se propaga
y sus huellas crujen en torno
del germen de zafiro que, a la zaga,
nos redime del día y del bochorno.