Cibersoneto 3



En la –reiterada– ocasión de muerte impar en unos casales de canarios ‹ágata-limón›

 

 

 

Limita el limón la pluma y deja

sus ínsulas de jaspe al copo vivo,

que difunde prisión en el motivo

de trinar y abismarse tras la reja.

 

Del cielo la fracción cunde en la queja

que desgaja un canto genitivo:

punto extenso y letal, estar cautivo,

si el celo a la tierra se asemeja.

 

¿Y es el otro límite, el del ágata,

en el que la ‹misión› se desacata,

cae el ala, la vela se derrumba,

 

a expiar el equilibrio en dura liza,

cuando el mundo incide y la ceniza

insinúa ya el vuelo a ígnea tumba?

 

 

Al poema anterior                                                        Al poema siguiente