Sobre el desnudo y gélido süelo,
se acurruca en su jaula, igual que un maldito;
su terruño ha perdido, mas no los recüerdos
del bosque, desde donde ha venido.
Vosotras de los trópicos, pobres crïaturas,
vosotros, ojos tristes, que hemos escupido,
cuando arden en el cielo argéntêas huellas nocturnas,
¡quizá sêa tiempo aún de haber huido!
Mas en su jaula mira absorto férreas barras,
donde una multitud se agolpa de blancas testas,
como si –cual nüeces pendientes de las palmas–
sólo en el mundo estos animales hubiera.
De uvas de bambú el olor ventea
y una confusión de cáñamo y gomero;
sólo no que las barras más fuerte se aprïetan
en torno a su marchito, infantil sueño.
Y busca en el pasaje oscuro de las cüevas
de laderas del Atlas: por qué lo habrá la sangre
de la madre olvidado, y llora las trompetas,
en la hierba esteparia, de ñu y de elefante.
Tan ceniciento y gris se agosta el día en los arriates,
con muecas hueras hasta que la luna despierta.
Y cuando lo olvidaron casi en la sofocante
jaula, la noche ya a él se acerca,
donde del hondo seno creador de los mares,
de penumbra, rocío y chillido de los loros,
por el jardín vacío el dios de los animales
bramando quién él era, ascendió.
Y ya al pobre mono ha levantado
de su jaula sacrílega prisión,
y su piel desteñida ha con matorral trenzado,
que de savia raigal y de hojas desbordó.
Aturdidos aún husmêan los desnudos dientes
el universo-solo, a la luna el trayecto.
Y a la guedeja ya del león no más le temen,
y están acostumbrados también al viento fresco.
A veces con un tóxico o inyección de alcanfor
para un domingo aún lograban reanimar;
entonces se veía en sus ojos un fulgor
gualdo, y partían nuez sus dientes y mazapán.
Moribundo, aún sueña un prado reducido
con cebra, con pelícano y cuerpo de serpiente,
junto al Senegal; sabe que hasta en el Paraíso
piojos por pasatiempo buscarse uno puede.
A los niños quizás, si se quejan, se dirá:
murió tan suavemente, como en el tilo el viento.
…y algunos niños no preguntarán mucho más:
seguirán, adonde otros monos están de a cientos.