Bertolt Brecht
Pieza pedagógica radiofónica para muchachos y chicas
___________ * ___________
1
Exhortación a todos.
Radio
El Estado os ruega: Repetid
el primer vuelo
a través del Océano
cantando juntos las notas
y leyendo juntos el texto
Aquí está el aparato
sube a él
allá en Europa te esperan
la Fama te hace señas
Los aviadores
Subo al aparato.
2
Los diarios norteamericanos alaban la irreflexión de los aviadores.
Norteamérica (Radio)
¿Es verdad lo que se dice, que sólo
tienes contigo tu sombrero de paja
y que has subido como un insensato?
¿En esa lata vieja pretendes
sobrevolar el Atlántico?
¿Sin un acompañante para orientarte
sin brújula y sin agua?
3
Presentación de los aviadores y su partida desde Nueva York al volar a Europa.
Los aviadores
Mi nombre en nada hace a la cuestión
tengo 25 años
mi abuelo era sueco
yo soy norteamericano.
A mi aparato lo escogí yo mismo.
Vuela a 210 Km por hora
se llama «Espíritu de St. Louis»
las fábricas de aviones Ryan en San Diego
lo construyeron en 60 días. Yo estuve allí
60 días, y 60 días tracé el rumbo de mi vuelo
en mapas y cartas marinas.
Vuelo solo.
En lugar de un hombre
llevo conmigo más combustible.
Vuelo sin radio en el aparato.
Vuelo con la mejor brújula.
3 días esperé el tiempo óptimo
pero los informes meteorológicos
no son buenos, y empeoran:
niebla en las costas y tempestad en el mar.
Pero ahora no espero más
Ahora subo.
Yo me atrevo.
Llevo conmigo:
2 linternas eléctricas
1 rollo de cuerda
1 rollo de hilo de embalar
1 cuchillo de caza
4 antorchas rojas selladas en tubos de caucho
1 caja impermeable con cerillas
1 aguja grande
1 jarra grande de agua y una cantimplora con agua
5 raciones de reserva, conservas del ejército
norteamericano, cada una suficiente para 1 día.
Pero en caso de emergencia, para más.
1 piqueta
1 sierra
1 bote de goma
Ahora vuelo.
Hace dos décadas, un hombre, Blériot
fue celebrado, porque sobrevoló
30 kilómetros miserables de agua marina.
Yo sobrevuelo
3000.
4
La ciudad de Nueva York interroga a los barcos.
La ciudad de Nueva York (Radio)
Aquí, la ciudad de Nueva York:
Esta mañana, a las 8 horas
un hombre partió de aquí
volando sobre las aguas
hacia vuestro continente.
Desde hace siete horas está en vuelo
No tenemos señales de él
Y rogamos a los barcos
que nos avisen
si lo ven.
Los aviadores
Si no llego
no me verán más.
El barco (Radio)
Aquí el barco «Empress of Scotland»
a 49 grados 24 minutos de latitud norte
y 34 grados 78 minutos de longitud oeste
oímos en el aire hace un momento
el ruido de un motor
sobre nosotros
a altura regular.
A causa de la niebla
no pudimos ver nada con precisión
pero es posible
que fuera vuestro hombre
con su aparato
el «Espíritu de St. Louis».
Los aviadores
Ningún barco a la vista
y ahora viene la niebla.
5
Durante casi todo el vuelo, los aviadores tienen que luchar con la niebla.
La niebla (Radio)
Yo soy la niebla, y conmigo ha de contar
el que se hace a la mar.
¡En 1000 años no se ha visto a ninguno
que quiera andar volando en el aire!
¿Quién eres, en verdad?
¡Pero ya nos ocuparemos
de que tampoco en adelante
nadie haya de volar!
¡Soy la niebla!
¡Regresa!
Los aviadores
Lo que dices
requiere reflexión
si creces más, quizás
regrese realmente.
Sin perspectiva
no seguiré luchando.
Con el escudo o sobre el escudo
no he de participar.
Pero por ahora
no regresaré.
La niebla (Radio)
Te sientes todavía grande, porque
no has acabado aún de conocerme
todavías ves algo de agua debajo de ti
y sabes
dónde está la derecha y la izquierda.
Pero espera tan sólo a que una noche y un día
no veas agua ni cielo alguno
ni tampoco tu timón
ni tu brújula.
Envejece y sabrás
quién soy yo:
¡yo soy la niebla!
Los aviadores
Siete hombres construyeron mi aparato en San Diego
de un par de metros de caño de acero
trabajando a menudo 24 horas sin pausa.
Lo que ellos hicieron, ha de alcanzarme
han trabajado, yo
sigo trabajando, no estoy solo, somos
ocho, los que aquí volamos.
La niebla (Radio)
Tienes ahora 25 años y
temes poco, pero cuando tengas
25 años, una noche y un día
temerás más.
Pasado mañana y después de 1000 años
estará aún aquí el agua
el aire y la niebla
pero tú no estarás.
Los aviadores
Hasta ahora fue de día, pero ya
viene la noche.
La niebla (Radio)
Desde hace diez horas lucho contra un hombre
que anda volando en el aire
lo que no se ha visto en 1000 años.
No puedo doblegarlo
¡hazte cargo tú de él, tormenta de nieve!
Los aviadores
Ahora vienes tú
tormenta de nieve.
6
En la noche vino una tormenta de nieve.
La tormenta de nieve (Radio)
¡Desde hace una hora está en mí
un hombre con un aparato!
¡Ora arriba, sobre mí
ora debajo, cerca del agua!
Desde hace una hora lo arrojo
contra el agua y contra el cielo
No puede mantenerse en sitio alguno
pero no sucumbe.
Cae hacia arriba
y asciende hacia abajo
es más débil que un árbol de la costa
endeble como hoja sin rama
pero no sucumbe.
Desde hace horas, este hombre
no ve la luna
ni ve su propia mano
pero no sucumbe.
Sobre su aparato amontoné hielo
para que con su peso lo arrastrara
pero el hielo se desprende
y él no sucumbe.
Los aviadores
No va más
pronto caeré al agua
¡Quién hubiera pensado
que aquí también hay hielo!
A 3000 metros me he elevado
y a 3 metros sobre el agua he descendido
mas la tormenta, el hielo y la nieve están por doquier.
¿Por qué he subido, insensato de mí?
Ahora tengo miedo de morir
Ahora sucumbo.
4 días antes que yo, dos hombres
sobrevolaban, como yo, el agua
y el agua los devoró, y a mí
me devorará también.
7
Sueño.
El sueño (Radio)
Duerme, Charlie
la mala noche
ha pasado. La tormenta
terminó. Tan sólo duérmete
Charlie, el viento sigue llevándote.
Los aviadores
El viento nada hace por mí
aire y agua me son hostiles, y yo
soy su enemigo.
El sueño (Radio)
Recuéstate sólo un minuto
sobre la palanca del timón, sólo cierra
un poco los ojos
tu mano seguirá despierta.
Los aviadores
Trabajando a menudo 24 horas sin pausa
construyeron este aparato
mis camaradas en San Diego.
Que no sea yo peor que ellos.
No puedo dormirme.
El sueño (Radio)
Aún falta mucho. Descansa
piensa en los campos de Missouri
en el río y la casa
el lugar donde naciste.
Los aviadores
No estoy cansado.
8
Ideología.
Los aviadores
1
No pocos dicen, que mucho lleva andado el tiempo
pero yo siempre supe, que éste
es un tiempo nuevo.
Yo os lo digo: no de por sí
desde hace 20 años crecen los edificios
como montes de metal
muchos migran año a año a las ciudades
como si esperaran algo
y en los continentes risueños
se divulga, que el mar extenso y temido
es un pequeño estanque.
Ahora soy el primero en volar sobre el Atlántico
pero estoy convencido, de que ya mañana
os reiráis de mi vuelo.
2
Pero es una batalla contra lo primitivo
y un esfuerzo por mejorar el planeta
igual a la economía dialéctica
que transformará el mundo
de raíz.
Luchemos contra la naturaleza
hasta volvernos nosotros mismos naturales.
Ni nosotros ni nuestra técnica somos naturales
Nosotros y nuestra técnica
somos primitivos.
Los vapores han navegado contra los barcos de vela
que a su vez dejaron atrás a los de remos.
Yo
vuelo contra los vapores
en lucha contra lo primitivo.
Mi avión, tembloroso y débil
mis instrumentos llenos de fallas
son mejores que los anteriores
pero volando
lucho contra mi avión y
contra lo primitivo.
3
Por lo tanto, lucho contra la naturaleza
y contra mí mismo.
Sea yo lo que sea, y crea las tonterías
que crea
cuando vuelo, soy
un verdadero ateo.
Durante diez mil años, donde contra el cielo
se oscurecían las aguas
entre la luz y el crepúsculo
surgía inevitablemente Dios.
Y así sobre las montañas
de donde venía el hielo
los ignorantes avistaban
incorregiblemente a Dios
y así venía él en la tormenta de arena
del desierto, y era engendrado
en las ciudades
por el desorden de las clases humanas
porque hay hombres de dos clases
explotación e ignorancia
pero la revolución lo liquidará.
Pero construid caminos a través de las montañas
y desaparecerá
ríos lo arrojarán del desierto.
La luz muestra el vacío
y lo pone en fuga de inmediato.
Por eso, participad de la lucha
contra lo primitivo
de la liquidación del más allá
de la puesta en fuga de cualquier dios
aparezca donde aparezca.
Bajo los microscopios ahora más agudos
cae.
Los aparatos mejorados
lo arrojan del aire.
El saneamiento de las ciudades
la aniquilación de la miseria
lo hacen desaparecer
lo ahuyentan, haciéndolo retroceder
al primer milenio.
4
Así también reina aún
en las ciudades mejoradas el desorden
que procede de la ignorancia
y es semejante a dios.
¡Pero las máquinas y los obreros
lucharán contra él
y también vosotros participáis
de la lucha contra lo primitivo!
9
Agua
Los aviadores
Ahora
el agua se acerca otra vez.
Murmullo de agua (Radio)
Los aviadores
¡Debo elevarme! Este viento
oprime tanto.
Murmullo de agua (Radio)
Los aviadores
Ahora vuelve a andar mejor
¿Pero, qué es esto? El timón
ya no obedece. Algo
no funciona. ¿No se oye
un ruido en el motor? Ahora
vuelve a bajar otra vez.
¡Alto!
Murmullo de agua (Radio)
Los aviadores
¡Dios mío! Por poco
nos prende.
10
Durante todo el vuelo, los diarios norteamericanos hablaban sin cesar de la suerte de los aviadores.
Norteamérica (Radio)
Toda Norteamérica cree, que el vuelo transoceánico
del capitán Talytal tendrá éxito.
A pesar de los desfavorables informes meteorológicos
y del estado deficiente de su liviano avión
todo el mundo en los Estados Unidos
cree que llegará.
Jamás en tal medida, escribe un diario,
consideró nuestro país afortunado
a uno de sus hombres.
Si el afortunado vuela a través del mar
las tempestades se contienen.
Si las tempestades no se contienen
el motor prueba su eficacia.
Si el motor no prueba su eficacia
prueba su eficacia el hombre.
Y si el hombre no lo hace
lo hace la fortuna.
Por eso creemos
que el afortunado llegará.
11
Los pensamientos de los afortunados.
Los aviadores
¡Dos continentes, dos continentes
me esperan! Tengo
que llegar.
¿A quién se espera?
E incluso aquél, a quien no se lo espera,
tiene que llegar.
El coraje no es nada, pero
llegar es todo.
Quien, volando,
se hace a la mar y se ahoga
es un maldito insensato,
pues en el mar uno se ahoga
por lo tanto, tengo que llegar.
El viento me empuja hacia abajo
y la niebla me deja sin gobierno
pero tengo que llegar
Por cierto, mi aparato
es débil, y débil es
mi cabeza, pero
del otro lado me esperan, y dicen
éste llegará, y entonces
tengo que llegar.
12.
Así vuelan, escribían los diarios franceses, sobre sí las tempestades, en torno de sí el mar, y debajo de sí, la sombra de Nungesser.
Europa (Radio)
En dirección a nuestro continente
desde hace más de 24 horas
vuela un hombre
si llega
aparecerá un punto en el cielo
y se agrandará y
será un avión y
descenderá y
al campo saldrá de él un hombre y
lo reconoceremos
por la imagen del diario, que
llegó aquí antes que él.
Pero tememos, que
no llegue. Las tempestades
lo arrojarán al mar
su motor no resistirá
él mismo no hallará el camino hacia nosotros.
Por eso creemos
que no llegaremos a verlo.
13.
El diálogo de los aviadores con su motor.
El motor marcha (Radio)
Los aviadores
Ahora ya no falta mucho. Ahora
tenemos que concentrar nuestras fuerzas
nosotros dos.
¿Tienes suficiente aceite?
¿Crees que el combustible te alcanzará?
¿La refrigeración es suficiente?
¿Estás bien?
El motor marcha (Radio)
Los aviadores
Nada queda ya del hielo
que te oprimía.
La niebla, eso es asunto mío.
Tú haces tu trabajo,
tú sólo tienes que marchar.
El motor marcha (Radio)
Los aviadores
Acuérdate: en St. Louis estuvimos ambos
más tiempo en el aire
ya no falta mucho. Ahora ya viene
Irlanda, luego viene París
¿Lo lograremos?
¿Nosotros dos?
El motor marcha (Radio)
14.
Finalmente, no lejos de Escocia, los aviadores avistan pescadores.
Los aviadores
Allí
hay barcas de pescadores.
Ellos saben
dónde está la isla.
Hola, ¿dónde
está Inglaterra?
Los pescadores (Radio)
Se oye un llamado.
¡Escucha!
¿Qué llamado va a ser?
¡Escucha, el estruendo!
¡En el aire
hay un estruendo!
¿Qué estruendo va a haber?
Los aviadores
Hola, ¿dónde
está Inglaterra?
Los pescadores (Radio)
¡Mira, allí
esa cosa rara que vuela!
¡Eso es un avión!
¿Cómo va a ser eso un avión?
¡Una cosa así
hecha de cuerdas
hierro y jirones de lienzo
nunca puede volar sobre el agua!
Ni siquiera un insensato
se subiría a él
caería simplemente
al mar
El viento solo
lo vencería, y ¿qué hombre
aguantaría tanto tiempo en el timón?
Los aviadores
Hola, ¿dónde
está Inglaterra?
Los pescadores (Radio)
¡Mira al menos!
¿Para qué mirar,
si nunca puede ser?
Ya se fue.
Yo tampoco sé
cómo puede ser.
Pero fue.
15
En la noche del 21 de mayo de 1927, a las 22 horas, una gigantesca multitud espera a los aviadores norteamericanos, en el aeródromo Le Bourget cerca de París.
Europa (Radio)
¡Ahí llega!
En el cielo aparece
un punto.
Se agranda. Es
un avión.
Ya baja.
Al campo sale
un hombre
y ahora
lo reconocemos: es
el aviador.
No lo devoró la tempestad
ni el mar
Su motor probó su eficacia, y él
halló el camino hacia nosotros.
Ha llegado.
16
Llegada de los aviadores al aeródromo Le Bourget cerca de París.
Murmullo de una gran muchedumbre (Radio)
Soy Talytal. Llevadme por favor
a un galpón oscuro, para que nadie
vea mi natural debilidad.
Pero comunicad a mis camaradas de
las fábricas Ryan en San Diego
que su trabajo ha sido bueno.
Nuestro motor resistió
la labor de ellos fue impecable.
17
Informe sobre lo aún no alcanzado.
Radio y los aviadores
En los tiempos en que la humanidad
comenzó a reconocerse
construimos coches
de madera, hierro y vidrio
y volamos por el aire
y lo hicimos a una velocidad
que doblaba a la del huracán.
Y nuestro motor era más fuerte
que cien caballos, pero
más pequeño que uno solo.
Durante mil años, todo cayó de arriba hacia abajo
excepto el ave.
Ni aun en las piedras más antiguas
hallamos señas
de hombre alguno, que
hubiera volado por el aire
pero nosotros nos elevamos.
Hacia fines del 3er. milenio de nuestra cronología
nuestra inocencia de acero
se elevó
señalando lo posible
sin hacernos olvidar: lo
aún no alcanzado.
A eso está dedicado este informe.
*************************
Año de origen: 1928/29. Palabras preliminares (Ensayos, Cuaderno I): «El vuelo transoceánico» (hay composiciones musicales de Paul Hindemith y Kurt Weill), una pieza pedagógica radiofónica para muchachos y chicas, no la descripción de un vuelo sobre el Atlántico, es a la vez un modo de utilización de la radiofonía no sometido a prueba hasta el momento, con mucho no el más importante, pero sí uno de la serie de intentos de emplear la poesía con objetivos prácticos.»
Cuando en diciembre de 1949, la emisora de Alemania meridional pidió a Brecht el permiso de representación del «Vuelo de los Lindbergh», envió él la siguiente carta de respuesta, cuyo contenido declaró luego obligatorio para todas las solicitudes futuras. Para la impresión de la pieza, Brecht dispuso que la frase «Los Lindbergh» fuera bloqueada y reemplazada por «Los aviadores». Su carta a la emisora de Alemania meridional y el prólogo debían ser incluidos en la impresión.
A la emisora de Alemania meridional de Stuttgart.
Estimados Sres.:
Si quieren presentar el vuelo de Lindbergh en una perspectiva histórica, debo pedirles que antepongan un prólogo a la emisión y realicen algunas pequeñas modificaciones en el texto. Como es sabido, Lindbergh ha mantenido estrechas relaciones con los nazis; su en aquel entonces entusiasta informe sobre la invencibilidad de la Luftwaffe (Fuerza aérea) nazi, tuvo un efecto paralizante en una serie de países. También en los Estados Unidos desempeñó Lindbergh, como fachista, un oscuro papel. En mi obra, por lo tanto, el título debe ser cambiado por el de «El vuelo transoceánico», debe leerse el prólogo y eliminarse el nombre Lindbergh.
1) en I (Exhortación a todos)
en lugar de: «el vuelo transoceánico del capitán Lindbergh»,
de ahora en más: «el primer vuelo a través del océano».
2) en 3 (Presentación de los aviadores y su partida…)
en lugar de: «Mi nombre es Charles Lindbergh»,
de ahora en más: «Mi nombre en nada hace a la cuestión».
3) en 10 (Durante todo el vuelo, los diarios norteamericanos…)
en lugar de: «Soy Charles Lindbergh. Llevadme por favor»,
de ahora en más: «Soy Talytal. Llevadme por favor».
Si esta versión les parece adecuada, no tengo reparos en que se represente. Las modificaciones pueden implicar un pequeño desmedro del poema, pero la eliminación del nombre será aleccionadora.
Con cordiales saludos, atte., Bertolt Brecht
Berlin, 3. 1. 50
N. B.: Si hubieran de dejarse los títulos, debe también siempre decirse «Los aviadores».
Prólogo, a leerse antes de la emisión del «Vuelo transoceánico»
Oiréis ahora
el informe sobre el primer vuelo transoceánico
de mayo de 1927. Un hombre joven
lo realizó. Triunfó
sobre la tempestad, el hielo y las aguas voraces. No obstante,
sea su nombre eliminado, pues
aquél que supo encontrar su camino en las confusas aguas
se perdió en el pantano de nuestras ciudades. Ni la tempestad ni el hielo
lo vencieron, pero lo venció
su semejante. Una década
de fama y riqueza y el desdichado
enseñó a volar a los carniceros de Hitler
con bombarderos mortíferos. Por eso
sea su nombre eliminado. Vosotros, empero,
estáis advertidos: no sólo el coraje y el conocimiento
de motores y cartas marinas, llevan al asocial
a la epopeya.
(Trad.: Guillermo C. Colussi y Héctor A. Piccoli)
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